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Panamá dijo el viernes que intensificaría las deportaciones de migrantes con destino a Estados Unidos que ingresan ilegalmente a su territorio a través de la peligrosa selva del Darién en su frontera con Colombia.
La directora nacional de Migración del país, Samira Gozain, dijo a los periodistas que se tomarán medidas para aumentar «gradualmente» el número de migrantes deportados o deportados, al tiempo que se refuerzan las medidas de seguridad en las ciudades fronterizas.
Desde principios de 2023, más de 348.000 migrantes, en su mayoría venezolanos, han emprendido la peligrosa travesía a través de la selva del Darién, superando con creces el récord de 248.000 de todo 2022.
Un promedio de 2.500 a 3.000 inmigrantes por día ingresaron a Panamá desde Colombia el mes pasado, lo que llevó a las autoridades a establecer centros de recepción con la ayuda de agencias internacionales.
Las autoridades panameñas han deportado a unas 500 personas desde abril, dijo Gozain, añadiendo que el gobierno planea utilizar vuelos chárter para aumentar ese número.
«Obviamente tenemos recursos limitados. Si entran 3.000 personas, nos gustaría expulsar a 3.000, pero eso es imposible», añadió el funcionario.
Miles de migrantes que llegan a través de Colombia arriesgan sus vidas cada año cruzando el denso y pantanoso Darién, una jungla sin caminos repleta de animales salvajes, ríos peligrosos y bandas criminales.
Según las autoridades, al menos 52 personas murieron en la selva el año pasado.
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