Colombia declaró el estado de emergencia en dos regiones mientras decenas de incendios forestales ardían en todo el país y la capital se ahogaba en humo en medio de temperaturas récord relacionadas con el fenómeno climático de El Niño.
Colombia ha extinguido centenares de incendios este mes, pero 25 siguen ardiendo, informó este miércoles la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD).
En los departamentos de Santander y Cundinamarca, donde se ubica la capital Bogotá, los incendios han consumido unas 600 hectáreas de bosque y se ha declarado el estado de emergencia.
Las medidas de emergencia liberan fondos para «corregir rápidamente el impacto negativo sobre los recursos naturales del departamento», dijo el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey.
Más de la mitad de los municipios del país se encuentran en alerta roja por amenaza de incendio, y las regiones cercanas a la capital se han visto gravemente afectadas.
Columnas de humo blanco se elevaban desde las montañas que rodean Bogotá el miércoles, y la gente en su distrito comercial llevaba máscaras para protegerse del espeso smog y ceniza.
“Por la quema de los cerros todo el humo viene para acá y nos afecta mucho”, dijo el conductor Héctor Rafael Escudero, de 62 años.
El presidente Gustavo Petro dijo que el calentamiento global estaba empeorando el clima de El Niño, un fenómeno típicamente asociado con el aumento de las temperaturas en todo el mundo, sequías en algunas partes del mundo y fuertes lluvias en otros lugares.
«Este podría ser el año más caluroso en la historia de la humanidad», afirmó, instando a «cada alcalde, cada gobernador y gobierno nacional» a priorizar el suministro de agua.
Nueve ciudades del norte, centro y oriente de Colombia registraron el martes temperaturas récord de hasta 40,4 grados centígrados.
En Bogotá, un incendio que arrasa desde el lunes ha arrasado las montañas al oeste de la ciudad y se ha visto a animales salvajes refugiarse en zonas residenciales. Estas criaturas incluyen nutrias, puercoespines, pájaros y ranas, dijeron las autoridades.
Miembros del ejército y voluntarios de Colombia se desplegaron con cepillos, rastrillos y machetes para limpiar la maleza no quemada de las colinas que rodean la capital mientras helicópteros que transportaban agua sobrevolaban.
«Algunas zonas ya han sido afectadas por el incendio y parte de la vegetación aún no ha sido consumida. Lo que estamos haciendo es tratar de separar las zonas quemadas de las no quemadas para evitar que el fuego siga propagándose», dijo Daniel Trujillo, de 23 años. Voluntario del Año de Defensa Civil Colombiana.
Gustavo Andrés Betancourt, miembro del ejército colombiano, describió las difíciles condiciones.
«Algunos puntos calientes todavía están activos, están contenidos, pero por la noche, debido a la gran altitud y los vientos, vuelven a estallar, provocando nuevos incendios», afirmó.
Las autoridades han advertido de un «deterioro significativo» de la calidad del aire en la ciudad de unos 8 millones de habitantes.
Colombia, uno de los países con mayor biodiversidad del mundo, ha estado sufriendo durante meses temperaturas récord y sequías en el invierno del hemisferio sur mientras el cambio climático causa estragos.
Se espera que estas condiciones duren hasta junio, dijeron los meteorólogos.
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